Llegó el pobre Pinocho malherido,
Cuando un cruel espantapájaros bandido,
Lo sorprendió dormido y lo atacó.
Llegó con su nariz hecha pedazos,
Y una pierna entre partes astilladas;
Una lesión interna y delicada,
Que el medico de guardia no advirtió.
Al viejo cirujano llamaron con urgencia,
Y con su vieja ciencia todo lo remedió;
Y nos dijo a los otros muñecos internados,
Todo esto será en vano le falta el corazón.
Entonces vino el hada protectora,
Y viendo que Pinocho se moría;
Le puso un “Corazón” de fantasía,
Y Pinocho sonriendo despertó.
Y Pinocho sonriendo despertó
Tururun tuntún.
(Canción Popular Argentina)
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